Sin ser exactamente una historia de los mimos, "Le silence des mimes blancs. Les mimes et l'Histoire (L'art des mimes dans l'histoire des mimes)" nos introduce en las particularidades de este olvidado arte en un peculiar viaje a través de la historia. Repleto de reflexiones sobre el hecho teatral y la pantomima, Daniel Dobbels nos acerca al universo del hombre de blanco, personaje teatral virgen e inalterable, que busca la sublimación de la interpretación, poético y corporal, tremendamente físico… La edición, que incluye un DVD con grabaciones del trabajo de Étienne Decroux, es un homenaje a Deburau, el Pierrot del Théâtre des Funambules que inmortalizó Marcel Carné en Les Enfants du Paradis.
Historia del mimo
La militancia de un actor
…estar en la mima es ser militante, un militante del movimiento en un mundo que está sentado.
Étienne Decroux
Étienne DecrouxEL arte de Decroux tiene sus raíces en la renovación que el mundo del teatro vivía en la primera mitad del siglo XX. Su investigación se sitúa entre las de Craig, Stanislawski, Meyerhold, Copeau, Artaud, Brecht, Grotowski… En el teatro moderno podemos destacar a tres artistas y pedagogos que buscaron la esencia de este arte: el ruso Meyerhold y su biomécánica del actor, el polaco Grotowski con su entrenamiento físico y el protagonista de nuestra entrada, el francés Decroux con el mimo corporal dramático.
Nacido en el seno de una familia de artesanos, Étienne Decroux abandona los estudios a los trece años y comienza a ejercer todo tipo de oficios. Toda su vida reivindicó su pertenencia al mundo obrero y artesanal. "Hay gente de teatro que no ha visto nada de eso. Yo me pregunto, ¿cómo hacen para dirigir una obra de teatro? Esas cosas vistas y que incluso ejecuté, poco a poco se fueron metiendo en la cabeza, bajaron por el antebrazo, llegaron a la punta de los dedos y modificaron mis huellas dactilares".
Sus ideas políticas le sitúan en el anarquismo, cerca de las comunas de las que hablaba Proudhon. Aunque era poco amigo de camarillas o grandes formaciones políticas, tiene un alto concepto de la política y toda su vida estará marcada por esa pasión militante. Esta pasión le lleva a estudiar teatro para mejorar su dicción. Su ideal: oradores políticos que no tartamudeen. Muchos de sus enunciados tienen ese carácter político ya que Decroux traslada la potencialidad revolucionaria de la política al teatro: "La mima es un arte prometeico, incita a ponerse en pie".
El Mimo Corporal Dramático
Étienne Decroux, considerado el padre del mimo moderno, comenzó sus estudios teatrales en el Théâtre du Vieux-Colombier, fundado en 1913 por su primer maestro, Jacques Copeau. Es precisamente en esta escuela donde Étienne Decroux vive la experiencia que le hace convertirse en un hombre de teatro:
"Por tener menos de un año de estudios, yo no fui elegido para participar.Tranquilo en mi butaca, presencié un espectáculo inaudito.Era mima y sonidos. El todo sin una palabra, sin maquillaje, sin vestuario, sin iluminación, sin accesorios, sin muebles, sin escenografía.El desarrollo de la acción era tan sabio que teníamos muchas horas en tan sólo unos segundos y muchos lugares en uno solo.Teníamos simultáneamente ante los ojos el campo de batalla y la vida civil, el mar y la ciudad.Los personajes pasaban de uno a otro con toda verosimilitud.La actuación era emotiva, comprensible, plástica y musical.Era junio de 1924.Las obras que se realizan hoy en día asombran, pero no superan lo que hicimos ese día y nunca se logrará."
Un gran pedagogo
Cuando este teatro cierra sus puertas, prosigue su investigación y sus enseñanzas en el Atellier de Charles Dullin, donde define las líneas maestras de su nuevo lenguaje teatral. Allí trabaja durante dos años con Jean Louis Barrault creando varias piezas de mimo corporal. Barrault y Decroux coincidirán en Les enfants du Paradis interpretando precisamente a dos actores, Anselme Deburau y su hijo, el famoso mimo Jean-Gaspard Deburau, el Pierrot del Théâtre des Funambules de París. Durante estos años, muy intensos en el plano profesional, realiza una brillante carrera de actor tanto el teatro como en el cine.
En 1958 viaja a Estados Unidos donde imparte sus enseñanzas en diferentes universidades. Un año más tarde de su vuelta a Francia, en 1963, publica "Paroles sur le mime" y se instala en la casa construida por su propio padre en Bolougne-Billancourt, donde comienza a impartir clases a centenares de alumnos de todo el mundo durante más de veinte años, con una pasión y un rigor que aún recuerdan muchos de sus discípulos. Este trabajo se puede ver en el documental que abre la selección Enfin voir Etienne Decroux bouger…, una magnífica colección de documentos que ha editado La Maison d'à côte, junto con un libro sobre la historia del mimo. La promo del DVD la podéis ver más abajo.
Étienne Decroux fue el maestro de Marcel Marceau, Jean-Louis Barrault, Thomas Leabhart, Steven Wasson, Anne Dennis, Daniel Stein, Frederik Vanmelle, Raymond Devos, María Casares, Gerard Depardieu, Jessica Lange, Roberto Escobar e Igón Lerchundi, entre muchos otros. Eugenio Barba, gurú del Odin Teatre, describe a Decroux como un maestro oculto que a pesar de su gran influencia en actores y profesores de todo el mundo ha sido siempre superado en reconocimiento por sus alumnos.
Decroux adoptó al caballito de mar como logo porque es todo torso. Ni brazos, ni piernas. La articulación del torso, de la columna vertebral es la esencia del mimo corporal. Además el caballito de mar es un animal poético: ligero, elegante, misterioso…, que se mueve lentamente.
Aquí podemos ver al maestro en acción. Que Uds. disfruten.
Clochemerle (1948), Pierre Chenal
Voyage surprise (1947), Pierre Prévert
Les enfants du Paradis(1945), Marcel Carné
Le Corbeau (1943), Henri-Georges Clouzot
Macao, l'enfer du jeu (1942), Jean Delannoy
La Belle étoile (1938), Jacques de Barocelli
L'Affaire est dans le sac (1932), Pierre Prévert
Hacer visible lo invisible
Eugenio Barba compara a Étienne Decroux con los maestros de teatro asiático donde técnica y ética iban estrechamente unidos y afirma que es el único maestro europeo que ha elaborado un sistema de reglas comparable a las reglas del teatro tradicional oriental. El mimo corporal dramático es, sobre todo, el arte del actor. El actor, independientemente de cualquiera que sea su ambición artística, ha de estar sobre todo presente en escena, y esta presencia se mide a través de su cuerpo. Éste es su medio de expresión. El cuerpo es el que sostiene el traje, es lo primero que verá el espectador, el cuerpo es el que lleva la voz. Es el esqueleto, la mano en el guante. El objetivo del mimo corporal dramático es de introducir el drama dentro del cuerpo.
El mimo corporal debe aplicar al movimiento físico esos principios y valores de la vida que están en el corazón y en el alma del drama: pausa, vacilación, peso, resistencia, sorpresa y emoción. El mimo corporal dramático quiere representar lo invisible, las emociones, tendencias, dudas, los pensamientos. Decroux considera la actitud más importante que el gesto o el movimiento y define a este último como una sucesión de actitudes. Decroux decapita al actor cubriendo su rostro, lo que le obliga a pasar de una expresión de rostro y manos (cara-máscara) a otra expresión global del cuerpo (cuerpo-máscara).
Las piezas que hemos incrustado desde youtube.com forman parte de las grabaciones realizadas por Robert-Jaques Loiseleaux en el Estudio de Boulogne. Era el año 1967 y Decroux estaba plasmando para la posteridad sus Éléments de la Grammaire Corporelle. Estas filmaciones y muchas más piezas, como algunos extractos de su espectáculo grabados en el Carnegie Hall en 1960, entre los que se encuentra la famosa creación Les Arbres, se pueden encontrar en el dvd que acompaña la publicación de la que hablamos en esta otra entrada.
Galería de stripteuses 2
Las asistentes del Gran Sazarac
Galería de stripteuses: Dolly Bell
Les bonnes femmes (Las buenas chicas, 1960), Claude Chabrol
Galería de stripteuses 3






Love is all you need
No se trataba de hacer un musical circense con algunos temas de los Beatles, se trataba de crear nuevos temas con el material original, había que arreglar, mezclar y seleccionar los temas que compondrían la banda sonora. Sumergirse en el extenso catálogo que Apple Corps. Ltd. conserva del cuarteto y digitalizar los diferentes canales de grabación. El trabajo —nada fácil— sería responsabilidad de George Martin, conocido como “el quinto Beatle”, y de su hijo Giles. George Martin había sido el productor de The Beatles en los años sesenta. Era el responsable de las grabaciones en el estudio y junto con Neil Aspinall —road manager de la banda y jefe ejecutivo de Apple Corps Ltd.— eran, también, responsables del éxito de la banda.
Eleonor Rigby, Father McKenzie, Julia, Mr. Piggy, Nowhere Men, Sgt. Pepper y Lady Madonna son algunos de los caracteres que podemos disfrutar en LOVE. Un homenaje a una época y a una banda que sigue siendo, hoy en día, el grupo musical que más ha influido en la música del siglo XX. Si nuestro presupuesto no nos permite ir a Las Vegas, este documental nos muestra una amplia panorámica de la creación de este espectáculo y nos acerca al vértigo de una producción de esta magnitud. Lo malo es que después de verlo nuestras ganas de ir a Las Vegas se convierte en una necesidad.
El striptease de Buffalo Bill
Los chulos (1981)
La ordenanza 253
Galería de stripteuses: Marisol







Galería de stripteuses (invisibles)






In articulo mortis
Cuando un cómico ya no es gracioso
Tiroteo en el Tren del Terror







Artemki en el Circo
Las aventuras de Korzinkina
Carnaval del terror
Las barracas y atracciones fueron principalmente facilitados por The Megerle Shows, una pequeña empresa de ferias de Ohio que realizaba la ruta del sur después de la decadencia de otras empresas como World Of Mirth Shows, Prells Broadway Shows y Penn Premier Shows a mediados de la década de los 60. The Megerle Shows prosperó en pocos años convirtiéndose en una feria mayor con una importante ruta que llegaba hasta Miami, Florida. La Funhouse que aparece en la película fue construida por la productora del film para hacer más sencillo el rodaje de las diferentes escenas y aunque a su término se ofreció el set a Megerle, este vio inviable su desmontaje y fácil traslado, algo económicamente imposible, por lo que, finalmente, fue desmantelada y reciclada para otros menesteres.
Guión: Lawrence Block
Música: John Beal
Fotografía: Andrew Laszlo
Intérpretes: Elizabeth Berridge (Amy Harper), Shawn Carson (Joey Harper), Jeanne Austin (Señora Harper), Jack McDermott (Señor Harper), Cooper Huckabee (Buzz Dawson), Largo Woodruff (Liz Duncan), Miles Chapin (Richie Atterbury), David Carson (Geek), Sylvia Miles (Madame Zena), Ralph Morino (Conductor del camión), Kevin Conway. (Pregonero del show), Herb Robins (Gerente del carnaval), Mona Agar (Bailarina stripper del show), Wayne Doba (La criatura), William Finley (Marco el magnífico).
Color, 95 min.
Nico, el payaso andariego y bonachón, rescata a Pedrito y a su perro Cañamón
Nobleza de corazones (Antonio Gil Varela “Varillas”, 1926)
Pusimos anoche de nuevo en marcha el proyector de la carpa para ver los escasos minutos que se han conservado de Nobleza de corazones.
La película se enmarca en el activísimo plan de producción emprendido por el operador de actualidades Juan Andreu Moragas en el contexto de la activación de la industria cinematográfica en Valencia mediada la década de los veinte con cintas como Les barraques (Mario Roncoroni, 1925) o Nit d’albaes (1925) y Moros y cristianos (1926), dirigidas ambas por Maximiliano Thous para Producción Artística Cinematográfica Española (PACE). Tras el rodaje de un par de cortometrajes cómicos, la Andreu Films encadena filmaciones a lo largo de 1925 y 1926, ligadas algunas de ellas al floreciente negocio de las academias cinematográficas. Hasta seis títulos llegan a las pantallas consecutivamente y, a decir del severo Juan Piqueras [La Pantalla, núm. 71, 16 de junio de 1929], cosechando fracasos artísticos y económicos a partes iguales.
Aunque el propio Andreu se hizo cargo de la dirección en algunos casos —El místico (1926) o La garra del mono (1926)—, en otros prefirió delegar en el primer actor, como ocurre en Nobleza de corazones, encomendada al comediante Antonio Gil Varela “Varillas”. Había debutado este en los escenarios madrileños a finales de la década de los diez del pasado siglo, pero la fama le alcanza en 1922 cuando aparece por primera vez en la pantalla interpretando a Don Nuez, el principal contrapunto cómico en la adaptación de la zarzuela La reina mora que dirige José Buchs. El realizador cántabro recurrirá a él repetidamente a lo largo de su filmografía, tanto muda como sonora. No obstante, la ambición de “Varillas” le lleva a Estados Unidos en 1924 donde al parecer interpreta algunas películas cómicas y aparece acreditado en The Siren of Seville (Jerome Storm y Hunt Stromberg, 1924). Desencantado al comprobar que en Hollywood no atan los perros con longaniza regresa a España donde continuará su carrera de actor cómico compatibilizándola, en una pirueta digna del más excelso volatinero, con la de agente de policía en Madrid. Después de interpretar una vez más el papel de sevillano trapisondista en Dos mujeres y un don Juan (José Buchs, 1934), encarna de nuevo a “Don Nuez” en la versión de La reina mora que Eusebio Fernández Ardavín rueda para Cifesa poco antes de la sublevación militar de 1936. Cuando la película se estrene, en el otoño de 1937, “Varillas” ha sido ya ajusticiado en la checa de Buenavista a consecuencia, al parecer, del celo demostrado en la represión de los ciudadanos de Vallecas que exteriorizaban su ira contra la carcundia clerical.
Además de la dirección artística de la cinta, “Varillas” encarna al protagonista, Nico, “payaso andariego y bonachón”, un papel dramático a los que tan aficionados son los actores encasillados en el papel de “graciosos”. Le acompañan en el elenco Eugenia Roca, “la conocida tonadillera que se ha revelado en este film como estrella de la pantalla”, “el gran característico” Emilio Mora, Rosa Sanz, “una damita joven con singulares condiciones para el arte de la película”, y, a falta de un niño prodigio que proporcione la nota cómico-sentimental, dos. Las gacetillas los presentan como émulos de Jackie Coogan “Chiquilín”; de hecho, Pepito Plaza figura en la publicidad como “el Chiquilín valenciano”.
Los siete minutos y pico conservados muestran a un hombre en automóvil preguntando a la gente un pueblo por algo. Suponemos que será por Pedrito (Pepito Plaza), al que inmediatamente vemos en un vagón de tercera vistiendo corbata y canotier, corriendo mundo en compañía de la pequeña compañía de cómicos ambulantes capitaneada por Nico (“Varillas”) y sus perros amaestrados.
A pesar de ello, la cabeza de Pedrito está turbada por el recuerdo permanente para Roberto, un niño desahuciado por la ciencia médica.
Un salto brusco nos traslada a un pueblo en el que los miembros de la troupe realizan el pasacalles montados en borriquillos. Nico rescata a Roberto, apedreado por una pandilla de arrapiezos pueblerinos, y entre todos lo trasladan a los alrededores del pueblo, donde han instalado su campamento. Allí le curan y se enteran de que el chiquillo sabe tocar el violín y que no tiene otra compañía en el mundo que su perrillo bailarín Cañamón (Sultán), lo que nos induce a pensar que este segundo fragmento precediera en la continuidad original al del viaje en tren.
Cuando la película se estrenó, las gacetillas insistían en que se trataba de un guión original de Santiago Rusiñol. Los historiadores [https://diccionarioaudiovisualvalenciano.com/wp-content/uploads/2018/07/joan-andreu-moragas.pdf] han descubierto que, en realidad, el argumento se debía al propio Juan Andreu que, aprovechando la relación con el pintor y escritor catalán para adaptar a la pantalla El mistic (1926) a partir de su drama homónimo, obtuvo su permiso para atribuirle un asunto que recordaba lejanamente a otra célebre obra de Rusiñol: L’alegria que pasa.
Una de las escasísimas críticas que hemos localizado dice que la película constituye “indudablemente un acierto” pero que habría estado mucho mejor si “hubiera podido contar el amigo Andreu con mejores elementos. Ahora bien, es un hecho que de todos modos conmueve y que la parte sentimental llega al corazón del público. Esto ya basta para que no regateemos nuestro elogio a la producción”.
[Boletín de Información Cinematográfica, núm. 37, 1 de octubre de 1925.]
Nobleza de corazones (1926)
Productora: Andreu Films (ES)
Director: Antonio Gil Varela “Varillas”
Guión: Juan Andreu Moragas. Intertítulos: Antonio Graciani.
Intérpretes: Antonio Gil Varela “Varillas” (Nico, el payaso), Eugenia Roca, Emilio Mora (Juan), Rosa Sanz, Feliu Sanz, los niños Pepito Plaza (Pedrito) y Roberto, y el perro Sultán (Cañamón).
Fotografía: Juan Andreu Moragas.
7: 30 min (conservados). Blanco y negro.
Dumbo en un circo sin animales
Dumbo (2019), Tim Burton
El remake de Dumbo, el clásico de Disney de 1941, realizado por Tim Burton, no ha tenido el éxito que se esperaba, ni ha convencido a los numerosos fans de este director, creador, entre otras, de Beetlejuice (1988), BigFish (2003) o BigEyes (2014). Aunque el personaje principal, el bebé de elefante con orejas gigantes, encaja dentro de su imaginario —lo diferente, el otro, un extraño dentro de la normalidad—, en este caso no ha sabido trasladar toda la emoción e intensidad, incluso melancolía, que sí se contenía en la versión original , una de las primeras películas de Disney que, a pesar de ser una animación “barata y sencilla”, constituyó un gran éxito económico.
A pesar de todo ello a mí me ha gustado y he disfrutado con esta nueva versión. He alucinado con la maravillosa marioneta del elefante orejudo, con ojos grandes y vidriosos de tristeza, que manipula el pequeño actor Edd Osmon, conocido por su participación en Star Wars: The Last Jedi (2018). El actor interpretaba al elefante vestido de verde con unos pequeños zancos que le permitían imitar los movimientos del bebé elefante que luego sería rematado mediante imágenes generadas por ordenador.
También me ha gustado ver en la película a nuestros amigos, y excaramperos, Miguel Muñoz y Zenaida Alcalde, que dan vida a los personajes Ivan The Wonderful y Catherine The Greater, los ilusionistas del circo de Max Medici, y se encargan de cuidar de Milly y Joe, los hijos de la antigua estrella circense Holt Farrier, antes de que este regrese de la guerra. No es que tengan un papel protagonista y determinante en la película, pero sí que aparecen en casi todas las secuencias y permanecieron durante los cinco meses del rodaje en Londres. Miguel nos cuenta: “El trato con Tim Burton era genial, es un hombre muy amable y cariñoso y la pasión y humor que le pone a su trabajo contagia a todo el equipo, siempre explicaba lo que quería de forma sencilla y haciéndote sentir bien. Entrar en los set era alucinante, cada estudio era un mundo nuevo lleno de detalles donde llegabas a perder la noción de la realidad, los vestuarios diseñados por Colleen Atwood (poseedora de varios premios Oscar) eran increíbles, cuando los veías en los set de rodaje encajaban perfectamente”.
Además, el final de la película es un canto a la tan actual libertad de los animales y la desaparición de los animales salvajes en los circos. Los elefantes, la mamá elefante tildada de loca y el pequeño Dumbo, vuelven a su habitat natural donde se encuentran con decenas de compañeros que sorprendentemente aún conservan intactos sus tan codiciados colmillos.
El circo siempre ha sido un tema muy atractivo para creadores de toda índole y, sobre todo, para muchos guionistas y directores de cine. Su visión difícilmente encajará con la que tenemos los que nos dedicamos al circo de verdad, pero siempre es de agradecer que se acuerden de nosotros y que la gran pantalla acoja historias circenses sean como sean. En este caso, Tim Burton nos ha mostrado un circo de personajes demasiado planos, para mi gusto, pero nos ha proporcionado dos horas de entretenimiento familiar que tienen como símbolo dos trompas entrelazadas a través de los barrotes de una jaula.
Dumbo (1919)
Guion Ehren Kruger basao en la novela de Helen Aberson y Harold Pearl
Música Danny Elfman
Fotografía Ben Davis
Montaje Chris Lebenzon
Vestuario Colleen Atwood
Intérpretes: Colin Farrell (Holt Farrier), Michael Keaton (V. A. Vandevere), Danny DeVito (Max Medici), Eva Green (Colette Marchant), Alan Arkin (J. Griffin Remington), Nico Parker (Milly Farrier), Finley Hobbins (Joe Farrier), Roshan Seth (Pramesh Singh), Lars Eidinger (Hans Brugelbecker), Deobia Oparei (Rongo), Joseph Gatt (Neils Skellig), Miguel Muñoz Segura (Ivan the Wonderful), Zenaida Alcalde (Catherine the Greater), Douglas Reith (Sotheby), Phil Zimmerman (Rufus Sorghum), Sharon Rooney (Miss Atlantis)
112 min. Color.